Del Éxodo Rural a la Co-creación de Destinos
El problema de la despoblación en España tiene una cara visible y devastadora cada verano: los incendios forestales. La falta de personas en el campo ha provocado el abandono de la agricultura y la ganadería, dejando un terreno descuidado que se convierte en el combustible perfecto para el fuego. La despoblación y los incendios son dos caras de la misma moneda.
Para revertir esta situación, no basta con la buena voluntad. Necesitamos datos y tecnología que nos permitan revitalizar estas zonas de manera inteligente. Las herramientas que unen el mundo físico y el digital son clave para lograrlo. No se trata solo de atraer a más gente, sino de entenderla, escucharla y hacerla partícipe del cambio. Estas plataformas permiten analizar los flujos de personas de forma anónima y, a partir de esos datos, iniciar un diálogo instantáneo y contextualizado.
Imagina que un turista llega a un pueblo y, minutos después, recibe una notificación en su móvil que le da la bienvenida. Ese simple mensaje es el inicio de una conversación que ofrece información valiosa al instante. Con la tecnología de marketing de proximidad, podemos ir más allá de la promoción. Podemos usarla para involucrar a los visitantes enviándoles cuestionarios y encuestas instantáneas para obtener su opinión en tiempo real sobre los servicios o la calidad del entorno. También podemos pedirles que sugieran qué necesitan para que el destino sea más atractivo, desde mejores alojamientos hasta espacios de coworking o más opciones de ocio. Al involucrar a la gente en la toma de decisiones, no solo obtenemos datos valiosos, sino que creamos un sentido de pertenencia que los anima a regresar y recomendar el lugar.
Al combinar el análisis de flujos con la posibilidad de comunicarnos directamente con los visitantes, transformamos la promoción en una plataforma de co-creación. Los visitantes dejan de ser un número y se convierten en socios activos en el desarrollo de la España rural. Con este enfoque, podemos construir destinos más atractivos y sostenibles, hechos a la medida de quienes los visitan. Es una oportunidad para devolver la vida y el cuidado que nuestros montes necesitan, para que, con suerte, dejen de arder.